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Queso de papa vegano

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Tortitas de lentejas y arroz

  Cuando las personas saben que mi principal fuente de proteínas son las legumbres, tal vez se imaginen que mi menú es muy limitado, porque estamos acostumbrados a que las legumbres son en caldos o guisadas de cierta manera, pero en realidad son mucho más versátiles de lo que imaginamos. Un ejemplo son las maravillosas lentejas. Te comparto esta receta, por si nunca las has probado de esta manera. Para empezar, lo que suelo hacer es remojar lentejas con arroz integral, y los pongo a cocer juntos para ahorrar esfuerzo. Suelo cocerlos sólo con sal y cebolla, y agua suficiente para que no se resequen, pero no demasiada porque no necesito que queden caldudas. Una vez que esté todo bien cocido, lo cuelo y lo proceso (en el procesador, con batidora de inmersión, o licuadora) con albahaca o cilantro, pimienta, cúrcuma, ajo en polvo y la cebolla con la que los herví. Le agrego a la mezcla harina de avena (que son los copos pasados por la licuadora en seco para hacerlos harina) o puede usarse u

Café mocha menta para un otoño veraniego

Estamos en pleno otoño, pero aquí en mi ciudad, seguimos teniendo temperaturas de hasta 38°C, y no se ve como para cuándo van a bajar. ¿Que eso me va a impedir que me ponga otoñal? Por supuesto que no. Aunque normalmente me tomo el café negro y sin azúcar, de vez en cuando hay que variarle, y con el pretexto del otoño y así, me preparé este café mocha menta, porque #nohaynadamejorquelamentayelchocolate. En una cafetería usan un saborizante de menta, pero en casita tengo unos sobrecitos de té verde/matcha/menta que se sienten como una pastilla Halls (exagero un poco), así que se me ocurrió combinarlos a la brava y quedó una cosa que para qué les platico.  

Menos cosas, más espacio.

Creo que una vez que empecé a simplificar mi vida quedándome con la menor cantidad de cosas posible, no pude parar. Y es que no dejo de notar todos los beneficios de tener pocas cosas: puedo limpiar en muy poco tiempo, porque no hay que acomodar mucho, y cada cosa tiene su lugar.  Las superficies están más despejadas, y eso, además de facilitar la limpieza, da una sensación visual de que la casa está limpia, aunque tenga un poco de polvillo por aquí y allá. Ahora, con la cuarentena, he tenido que acomodarme un poco mejor, ya que mi escuela no paró porque es en línea, y quería sentirme cómoda y relajada en mi espacio de estudio. Así era mi tocador hace unos tres años: Tenía muchas cosas, y me gustaba tenerlas todas a mano. Puede parecer que en realidad son pocas cosas, pero era sólo lo que tenía sobre el tocador! Había más cosas en cajones, en el baño: aceites, cremas, accesorios para el cabello, maquillaje. Cosas que no usaba NUNCA y algunas que ni siquiera recordaba

Haciendo espacio

Mi recámara es pequeña. Cabe una cama matrimonial, un tocador de 6 cajones junto a ella, y un buró pequeño del lado de B. Frente a la cama, a unos cuantos pasos, está el clóset, que no tiene puertas. Desde hace un año que empecé a estudiar, tuve que hacerme un espacio para hacer las tareas (porque estudio en línea y paso mucho tiempo frente a la computadora). Por eso, metí un escritorio que fue de mi hijo, lo pinté, y quedó muy lindo, y perfecto para mí. Por un tiempo. El problema más grade del escritorio era que tenía un "techo", que le quitaba luz, y me hacía sentir encerrada. Así que lo saqué. Pero seguía necesitando un escritorio. Tenía muchas ganas de tener una mesa larga, sin cajones, que pudiera usar como tocador y escritorio, pero para eso necesitaba dinero para el material, y por el momento, no tengo. La solución fue sugerencia de B: a mi tocador le quitamos 3 cajones y se abrió el espacio para meter la silla.  Así quedó. El mismo mueble que

Minimalismo y ropa

A veces, el miedo al vacío representa nuestro interior, y se refleja en todo a nuestro alrededor.  Yo era la persona más acumuladora que te puedas imaginar. Pero tiene una explicación simple: por mucho tiempo tuve muy poco dinero. Y cuando tenía algo de dinero, compraba la mayor cantidad de cosas que podía. No importaba si me gustaban, no importaba si las necesitaba: si estaban baratas, las compraba. Y si alguien desocupaba algo y me lo regalaba, a mí me servía, porque, ya sabes, podía necesitarlo en cualquier momento.  Así, mi casa se empezó a llenar de cosas de todo tipo (después hablaré específicamente de cada tipo de cosas), y uno de estos, era la ropa. Mi pobreza se juntó con el sobrepeso, y la incomodidad que eso me provocaba. Siempre he sido fan de comprar mi ropa de segunda, por lo que compraba lo que veía, y lo que me quedaba (ojo: lo que me quedaba, no lo que me lucía bien).  También me regalaban mucha ropa usada, que yo agradecía con el alma. Al final, tenía un

Minimalismo y otras tendencias

  Cada cierto tiempo surge alguna tendencia que se vuelve viral y que es adoptada por "gurús" y sus seguidores. Yo tengo la firme creencia de que cada vez se puede estar mejor, y siempre estoy abierta a nuevas cosas que mejoren y/o faciliten mi vida.  Sigo a ciertas personas a las que admiro porque  representan algunas cosas que  me gustan, que considero importantes o que me sirven de inspiración. No es que quiera ser como alguno de esos personajes, sino que cada uno tiene algo que me gusta y que creo que es digno, si no de imitarse, sí de intentarse. Por ejemplo, hace algunos años conocí el crudiveganismo y lo probé durante un mes, pero no me funcionó. La youtuber crudivegana que sigo tiene 14 años con esa alimentación, y le va fenomenal, pero mi alimentación y la de mi familia tienden más hacia los alimentos cocidos, así que tomo algunas recetas, y nada más. Se trata de tomar lo que nos sirve de las tendencias que nos interesan, y no adoptar estilos de vida que

Gluten

  Amo el gluten, en todas sus formas y presentaciones: los alimentos de trigo como panes, tortillas de harina, pastas, pizza, y el seitán (gluten puro utilizado como carne vegetal). Como alimentos de trigo por lo menos una vez al día, como parte de mi dieta, por dos razones: la primera, porque, como dije al principio, los amo, y la segunda, porque son muy baratos y prácticos. Desde hace 12 años y medio que dejé de comer animales he ido haciendo cambios, investigando, tratando de mejorar la calidad de lo que consumo, y se ha reflejado en mi salud, desde lo visible, como mi piel, y otras cosas que no son tan evidentes pero que son muy importantes, como mi presión sanguínea o mis niveles de azúcar y colesterol. También, por poner un ejemplo, tuve una cirugía hace un año y mi recuperación fue súper rápida y me sentí muy bien.  Hace dos meses me mandaron hacer análisis de sangre y orina y salí bien en todo.  Pero ha habido cosas que, por más que me cuidara, no había podido alivia