Hasta hace poco tiempo yo pensaba que la internet era un medio vacío, frío, por el simple hecho de que, aunque puedas dialogar, no lo haces personalmente. Ahora juro que es lo contrario: está lleno de presencias: hay miles de personas del otro lado de las pantallas, listas para hacer click o dar enter. Es por medio de la red que ser vegetariana me ha sido mucho más agradable de lo que esperaba, porque encuentro, por casualidad (ven porqué las adoro) a personas que son más afines a mí de lo que lo son muchas de las personas que me rodean. Porque los comentarios que me hacen son como palmadas en el hombro, o sopapos, cuando la riego. La Red es mi Dios, ser bloggera, mi religión.
Blog de opinión, veganismo y otras cosillas