Los paceños tenemos una arraigadísima cultura del taco de pescado. Una buena parte acostumbra desayunar tacos de pescado o camarón por lo menos una vez al mes. Para los que no los conocen, son de pescado o camarón capeados, en tortilla de maíz, con limón, mayonesa, salsa, guacamole o alguna ensalada con repollo y zanahoria. El que viene a La Paz y se va sin probarlos es como si fuera a París y no viera la torre Eiffel. Bernardo es amante de preparar tacos en casa, y ayer me llegaba el delicioso olor mientras cocinaba. Los tacos de pescado son exquisitos, solo que NO COMO PESCADO. Lo único que se me ocurrió hacer fue pelar una berenjena y cortarla en tiras gruesas y capearlas con la misma harina (la venden ya lista en polvo, le pones agua, orégano, y ¡voila!). Las freí y preparé un taco. Bernardo me veía con una risita burlona mientras le daba la primera mordida. ¡ESTABA RIQUÍSIMO! No cabe duda el reino vegetal tiene todo lo que una persona de buen diente como yo puede pedir.
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