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Mostrando entradas de 2018

Un año sin ropa nueva

La gente que me conoce sabe que soy muy tacaña para gastar en ropa, pero que, obviamente, me gusta tener ropa. Así que el título del post es un post engañoso, porque en efecto, no he comprado ropa nueva, pero estreno ropa cada mes o dos meses. ¿Cómo? Comprando todo de segunda mano. Llevo un año sin comprar nada nuevo excepto ropa interior (obviamente), y calzado. A muchas personas esto les parece demasiado tacaño, sucio o hasta humillante, pero a mí me encanta, por las siguientes razones: 1. Odio la ropa de moda. Hace mucho tiempo que no me gusta la ropa de boutiques, por el simple hecho de que todo mundo la compra y siento que para donde volteo veo a la misma persona una y otra vez. 2. La ropa es carísima. Un pantalón Levis,  $800.00, en serio? No estoy dispuesta a pagarlos, simplemente no. 3. No me gustan mucho las tiendas ni los vestidores, ni los vendedores que se te quedan viendo. 4. La industria de la ropa contamina muchísimo y es mejor tener poca ropa, reutilizarl

Días de flojera

Aunque me encanta cocinar y preparar todo lo que puedo desde cero, hay días en los que, simplemente,  no quiero, no tengo ganas. Hoy, por ejemplo, es uno de ésos. En verano, después de las lluvias,  crece el quelite, y queda mucho polvo, todo eso se va directo a mi nariz y me da alergia. Debo mencionar que en este año me ha ido bien porque me empezó cuando ya no le queda mucho a las lluvias (el año pasado empecé con los antihistamínicos desde julio). Pues hoy he andado mocosa y con mucho sueño, y la hora de la cocinada no me animaba mucho, por lo que recurrí a la vieja confiable: pasta, y en vez de hacer salsa compré puré listo, champiñones de lata, chilorio de soya y un brócoli que ya tenía,  y listo, la comida de hoy. Y es que no hay que autoflagelarse por fallar al juramento del zero waste y el "planta based"  y guiñarle el ojo al vegano precocinado de vez en cuando, sobre todo cuando tenemos que decidir entre cocinar algo elaborado y natural, o dormir media hora de sie

Duende vegano

Me gusta escribir. Necesito escribir. Lo hago, pero poco, porque lo urgente le quita tiempo a lo importante, sin embargo, uno de mis propósitos de este año es escribir más. Hace unos días (o hace unas noches), estaba entre dormida y despierta, y se me ocurrió escribir unas historias brevísimas sobre un duende vegano, tomando como pretexto los argumentos más comunes que dan los omnis (omnívoros) en contra del veganismo o a favor del carnismo. Así, todos los miércoles sacaré un pequeño cuentito/chiste de veganos, porque los veganos también tenemos sentido del humor a veces. Debo aclarar que NO SÉ DIBUJAR, pero como pensé esto para Instagram, pues tuve que perder la vergüenza y hacer mi propio duende así que no seas duro conmigo. Te dejo aquí la primera historia de Duende Vegano: Había una vez un duende vegano que estaba a punto de comerse un mango, cuando éste abrió un par de ojos muy grandes y le dijo: "los omnis dicen que las plantas sentimos. Ahora también hablamos

Adiós reto crudi y receta

Hace unos días unos chicos que sigo en IG, Jonny Juicer y Badassvegan, lanzaron un reto crudivegano de 21 días. El día que iniciaron me decidí a tomarlo, feliz de comer pura comida fresca, porque en mi ciudad estamos en un verano de 36° con 80% de humedad. Hice los 3 primeros días, y todo muy bien: jugos todos los días, mucha fruta deliciosa, ensaladas, pero no pude continuar. No es que haya pasado hambre, o que la comida cruda no me haya gustado, sino que esos muchachos preparan comida para ellos mismos (y en el caso de Jonny Juicer, para él y Noah, su adorable perrito), pero yo tengo un esposo y un hijo a los que les hago de comer a mediodía porque llego a la casa antes que ellos y ellos son veganos pero les gusta comer cocinado. Así que fue bastante engorroso preparar un guiso para ellos y aparte algo para mí, y lo dejé. Sin embargo, sigo creyendo que llevar una alimentación frugal y cruda es la mejor opción para el verano.  Un ejemplo de dieta cruda puede ser: un jugo verd

Nice Cream o helado vegano

Si son veganos, y como yo, no consiguen helado vegano (o el que venden es muy caro), y no se conforman con helados de agua, apreciarán esta receta. Para la base: -4 plátanos grandes bastante maduros, o sea, pecositos -1 taza de Calahua (crema de coco). Ojo: que sea crema y no leche - 1/4 de taza de leche vegetal 1-Todo al procesador o licuadora hasta que esté cremoso. 2-Divides la mezcla en dos partes, y a una le agregas una cucharada de esencia de vainilla 3- A la otra le agregas dos cucharadas de cocoa en polvo y vuelves a procesar 4- Guardas un ratito en el congelador y listo: queda cremosa y firme, igual a la nieve de leche de vaca pero sin el karma. En la foto ya se me había derretido pero queda firme y puedes servir bolas de helado. Que lo disfrutes!!

¿A quién da gracias una atea?

Soy atea, y por supuesto que agradezco: a mi esposo y a mi mamá por cuidarme en el hospital. A Éricka y Rubén por ayudarme (todavía no puedo creer la suerte que tuve!). Al doctor Manríquez y muy en especial al doctor Farías que entró a la cirugía aunque no le tocaba.  A todas las enfermeras, que fueron muy amables y cariñosas, en especial a Victoria y Vida; a todo el personal del ISSSTE, con los que platiqué de tatuajes y veganismo (fue muy padre!). A mí familia, amigos, compañeros,  por estar al pendiente y mandarme tantos mensajes de apoyo.  A mi cuerpo, por aguantar como un campeón, al destino, por hacerme tan suertuda (de verdad, he tenido una suerte impresionante!!!). Me quitaron unos tumores y quistes en los ovarios, y fue mi primera cirugía. El miedo y la ansiedad me tuvieron mal por una semana y media, pero tanto mi doctor particular como cada persona del ISSSTE que me atendió: desde la recepcionista hasta los médicos,  me ayudaron a pasar el mal rato y convertirlo en una

Raining blood o mi opinión sobre la copa menstrual

Hablar de funciones corporales es un tabú, sobre todo cuando éstas corresponden a partes pudendas, y más aún cuando involucran sangre, pero es algo natural que le pasa a la mayoría de las mujeres, y en estos tiempos ya debería ser un tema normal. Así que voy a platicarles abiertamente sobre mi manera de sobrellevar los periodos.  *No puedo hablar de menstruación sin recordar una charla que escuché en una clínica del ISSSTE, en la que dos señoras hablaban de "asuntos femeninos" de una tercera señora, y decían: "y todo por el pecado de Eva. Y pensar que si no hubiera sido por eso viviríamos en el paraíso, una vida eterna..." Pues, a lo que voy: antes de parir, mis periodos eran de 3 días, con un flujo moderado, pero después de ser mamá me pusieron el DIU, y mis periodos se alargaron a 7 u 8 días, con un flujo súper abundante. Tenía que usar más de 6 toallas extra largas, extra gruesas y extra incómodas, cada día. Cada vez que me paraba sentía un bajón horribl

Recuento del 2017

Como en los últimos años, me gusta hacer un recuento de las cosas que de alguna manera marcaron mi vida, para bien o para mal, sin otro objetivo que el hecho de dejar una huella que no se borre en mi mala, qué digo mala, pésima, memoria. El 2017 fue un año muy loco. No fue malo, sino complicado, con muchas sacudidas, pero, sin duda, con muchas oportunidades para demostrarnos que somos hombres, no payasos. Me atrevo a decir que fue el año en el que he hecho más cambios importantes, para bien, creo yo, y que en este 2018 espero reforzar y mejorar, porque si de algo estoy segura, es que siempre, SIEMPRE, se puede mejorar. Les deseo lo mejor este año y toda la vida. Va el recuento: 1.-Mi ingrediente/alimento favorito: creo que la piña asada volvió a tener la supremacía. Sola o en tacos, la amo. 2.-La epifanía: después de una larga enfermedad del Bernardo, y de ver varios documentales, decidí dejarme de niñerías y hacerme vegana de una buena vez. 3.-El mejor regalo: sin que