La primera vez que leí cómo se hacía el gluten, me quedaron muchas dudas. Intenté hacerlo y se me deshizo todo dentro del agua, en el segundo intento me salió una esponja diminuta que sabía a rayos.
Luego, buscando en varios sitios de internet, encontré muchos tips para lograr un buen seitán (gluten). Los resumí aquí.
1.-Amasa muy bien. Es simple: harina y agua, como si fueras a hacer pan. No sirve de nada que sea harina integral porque la vamos a lavar.
2.-Déjala reposar en agua, por lo menos media hora.
3.- Utiliza un recipiente grande para lavarlo: mientras más grande, menos cochinero.
4.- Pasado el tiempo de reposo, empieza a lavar la masa. Usa un colador de esos para lavar verduras. De esta forma no perderás pedacitos de masa que se desprendan. Cuando el agua esté completamente blanca, la tiras (la puedes usar para regar las plantas) y vuelves a llenar el traste. Lavas, tiras, llenas. Con unas tres veces puede ser suficiente.
5.- Te quedará una esponja chiclosa, de color beige.
6.- Yo le pongo sal, pimienta, ajo en polvo y un poco de hierbas, y la amaso un poco más.
7.-He aquí el secreto para que quede compacto y no esponjoso: hay que exprimir muy bien el gluten. Soltará el agua y se le saldrá el aire. Lo puedes guardar unos minutos en el refri dentro de una bolsa de plástico, sacarlo y volverlo a exprimir.
8.- Puedes cocerlo en agua hirviendo con una taza de salsa de soya, ajo, cebolla e hierbas. Yo lo que hago últimamente es meterlo en la olla lenta con verduras y un puñito de arroz, y le pongo un poco de salsa de soya para que agarre color. Así mato dos pájaros de un tiro: hago gluten y caldo al mismo tiempo.
9.- Ya frío lo rebanas y lo congelas en porciones, para sacar sólo lo que vas a utilizar.
10.- Lo puedes moler, freir, empanizar, en fin, usarlo como sustituto en los platillos que llevan carne.
11.- Es barato, muy alto en proteínas, cruelty free y rico.
Luego, buscando en varios sitios de internet, encontré muchos tips para lograr un buen seitán (gluten). Los resumí aquí.
1.-Amasa muy bien. Es simple: harina y agua, como si fueras a hacer pan. No sirve de nada que sea harina integral porque la vamos a lavar.
2.-Déjala reposar en agua, por lo menos media hora.
3.- Utiliza un recipiente grande para lavarlo: mientras más grande, menos cochinero.
4.- Pasado el tiempo de reposo, empieza a lavar la masa. Usa un colador de esos para lavar verduras. De esta forma no perderás pedacitos de masa que se desprendan. Cuando el agua esté completamente blanca, la tiras (la puedes usar para regar las plantas) y vuelves a llenar el traste. Lavas, tiras, llenas. Con unas tres veces puede ser suficiente.
5.- Te quedará una esponja chiclosa, de color beige.
6.- Yo le pongo sal, pimienta, ajo en polvo y un poco de hierbas, y la amaso un poco más.
7.-He aquí el secreto para que quede compacto y no esponjoso: hay que exprimir muy bien el gluten. Soltará el agua y se le saldrá el aire. Lo puedes guardar unos minutos en el refri dentro de una bolsa de plástico, sacarlo y volverlo a exprimir.
8.- Puedes cocerlo en agua hirviendo con una taza de salsa de soya, ajo, cebolla e hierbas. Yo lo que hago últimamente es meterlo en la olla lenta con verduras y un puñito de arroz, y le pongo un poco de salsa de soya para que agarre color. Así mato dos pájaros de un tiro: hago gluten y caldo al mismo tiempo.
9.- Ya frío lo rebanas y lo congelas en porciones, para sacar sólo lo que vas a utilizar.
10.- Lo puedes moler, freir, empanizar, en fin, usarlo como sustituto en los platillos que llevan carne.
11.- Es barato, muy alto en proteínas, cruelty free y rico.
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