Desde que probé esta semillita, me enamoré. No es sólo por sus maravillosas propiedades, sino por la consistencia que le da a los platillos. Desde que dejé los cereales, extrañaba mucho la avena. Hay personas a las que les desagrada la textura "babosa" de la avena cocida, pero a mí me encantaba. Por eso, la chía llegó para quedarse en mi vida.
Aunque me he acostumbrado a que todos mis alimentos de la primera mitad del día sean líquidos (infusiones, batidos, jugos) a veces se me antoja algo distinto. Hoy me hice un pudín de chía con chocolate, aquí les dejo la receta:
-Un plátano muy maduro
-Un puñito de nueces activadas (cómo activar y por qué, aquí)
-Medio vaso de agua
-Dos cucharadas de chía
-Una cucharada de cocoa en polvo (sin dulce)
-Coco rallado al gusto
-Frutillas al gusto
Licúas el agua, con el plátano, las nueces, el coco y la cocoa. Lo sirves en un platito y le agregas la chía y las frutillas (moras azules, zarzamoras o la fruta que tengas o se te antoje) y listo. Es facilísimo no? Yo me he acostumbrado a no endulzar mi comida, pero si gustas puedes hacerlo con miel.
Este platito me duró como una hora, porque aunque no lo creas llena muchísimo, y te quita el hambre durante toda la mañana. La cocoa le da un sabor muy intenso y los chocolatosos como yo lo disfrutarán.
Comentarios