Hoy cumplimos 10 años juntos.
10 años de que, sin quererlo, encontré a mi hombre ideal: que no fumara tabaco ni otras cosas, que no soliera pistear con amigotes, que tuviera algo que ver con un escenario, que fuera alto, que no buscara una ama de casa y cocinara rico.
10 años trabajando juntos, sentados juntos en el mismo escritorio o mesa.
De compartir un mismo carro.
Hoy, diez años después, trabajamos juntos, estamos en la misma asociación civil, en el mismo tianguis, en el mismo gimnasio a la misma hora.
En diez años he aprendido que no importa cuántos besos te den, cuántas flores te regalen, cuantas cartas de amor o cuántos peluches, siempre preferiré un esposo poco efusivo, pero confiable, maduro, que está ahí para nosotros. Que no tiene que pedirme perdón cada fin de semana.
Diez años sin haber roto ni una vez, sin habernos insultado nunca.
Muchos días de trabajo, otros tantos de desesperanza, pero siempre, muchos más de ilusiones.
Diez años desde que supimos que estaba embarazada y te mudaste a mi departamento, a dormir en la mini camita que yo tenía aunque sólo unos pocos días mientras la cambiábamos por una cama matrimonial.
Diez años desde aquel viaje de trabajo a Los Barriles, cuando cantabas canciones de Silvio Rodríguez y yo me aguantaba las ganas de decirte que a mí la trova me da mucha flojera, porque te veías lindo con la guitarra.
Después de diez años no necesitamos hablar para decirnos algo sobre alguien, basta con mirarnos: sabemos lo que estamos pensando.
Diez años en los que he cambiado mucho, en los que has cambiado tú también. Hace diez años dejé de salir de antros todos los días, y tú dejaste de despotricar contra el capitalismo y Santa Claus, y encontramos un equilibrio perfecto entre mi optimismo y tu amargura. Somos como Bob Esponja y Calamardo.
Diez años y hoy, estoy enamorada, y te observo de lejos, en el gimnasio, y sé, que si no fueras mi esposo, iría a ese gimnasio para verte.
Diez años de quererte, de admirarte, de aprender de ti, de desear todo eso que viene para nosotros.
No tenemos ni una foto del día que firmamos el acta (que para nosotros, sobraba). No tuvimos una fiesta (algún día), pero hoy soy feliz de tener la maravillosa vida que tengo.
Y sé, que aunque para ti los aniversarios son como cualquier otro día, también eres feliz y ya me cobraré todas las fechas no celebradas .
Comentarios