2011 VEN A MÍ
A punto de irme a la cena, no pude evitar postear algo de lo que me pasa cada fin de año. A diferencia de la Navidad, que me encanta y me llena de emoción, el fin de año me da un poco de angustia. No sé. Saber que somos un año más viejos, que el planeta tiene un año más de daños, que se acerca el 2012...
Antes la navidad también me deprimía, porque no tenía dinero para comprar regalos, ahora, tampoco tengo dinero, pero por lo menos hago collarcitos o aretes para regalar y me siento satisfecha.
La cuenta regresiva me provoca taquicardia, los abrazos me dan muchas ganas de llorar y me las aguanto lo más que puedo, decir adiós para irme a dormir tampoco me gusta, pero aún así no me perdería una cena de año nuevo con mi familia.
¿Qué me deja este año? Mucho más de lo que pude esperar. Mucha salud. Prácticamente no nos enfermamos. Mucho trabajo. Mucho! Entré a clases de zumba, terminé una novela y un libro de cuentos, me compré mi máquina de coser. Pero sobre todo me dejó buenas amistades. Conocí a mi hermano, el que ya es un muchacho, y que ahora le gusta el teatro y escribir cuento. Conocí también personas que se volvieron mis amigos: el Grito Colectivo se volvió parte de mi vida, porque he podido convivir con gente buena y muy cotorreadora.
¿Qué espero del 2011? Que llegue. Lo demás vendrá por añadidura.
Que tengan una rica cena acompañados de sus personas amadas, y que continúen con ellos durante todo el año que sigue. La salud, el dinero, el trabajo, no son tan importantes si no se tienen esas personas al lado.
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