La palabra "Cultura" tiene muchas acepciones, pero a la que me refiero esta vez es a la vida cultural, los eventos, las artes. Desde hace unos años, prácticamente evito como la lepra asistir a los que no tenga que ir por compromiso o fuerza mayor. No porque no me interesen, sino porque me da muchísima pereza andar nadando en aguas densas.
Desde que formamos El Grito Colectivo, me siento contenta otra vez de ser promotora cultural, porque es muy agradable convivir con gente que no tiene ninguna ambición económica, política o de ego, que se mueve simplemente por el gusto de trabajar y de beneficiar a otras personas.
Este otro movimiento cultural, el que no viaja en primera clase, el que no hace reuniones en restaurantes caros, ni cuenta con recursos millonarios, el que no se pelea por los mejores puestos, ni se arrebata los elogios, es el que más me llena. Si eso no es contracultural, no sé entonces qué es...
Otra cosa que me gusta, es que Dante se dé cuenta de que el dinero no lo es todo. De que un gran edificio con aire acondicionado no hace un cine, de que no se necesitan miles de libros para hacer una biblioteca, que igual vale un director de cine galardonado que uno desconocido que se va a una colonia a entrevistar ancianos. Que más vale pensar mucho que hablar mucho, que más vale tener amigos que dinero, que la gente es la que puede lograr cambios cuando cambia su pensamiento. En fin... filosofía de día libre.
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