El problema de refugiarse en la ficción es creerse que la ficción no tiene dentro una realidad disfrazada. O estar seguro de que la tiene, pero creer que estando encerrada en la ficción se ve más bonita. Sí, tal vez de esta manera nos preocupe menos, pero no se puede desaparecer.
Una gran parte de los creadores utilizan la ficción como una manera de poner de manifiesto sus ideologías, creencias, preocupaciones, y la única manera de hacerse de un criterio es vivir la realidad. Ojo: no vivir dentro de ella, sino vivirla. Saber qué es lo que en verdad está pasando, quiénes hacen las cosas y por qué motivos, quiénes nos manejan, quiénes son los dueños y qué papel cumplimos nosotros.
Para hacer ficción, es necesario conocer el mundo real e involucrarse en él, porque sino la ficción se vuelve superficial, vacía.
Historias fantásticas como El señor de los anillos, la Brújula dorada, Narnia, incluso Harry Potter, tienen un contenido mucho más profundo que simples mensajes ecologistas, tan trillados que el cerebro los deja de lado inconscientemente. Más profundos que los temas clásicos como la amistad, el amor y la solidaridad: son una crítica social, ya sea contra el capitalismo, como el señor de los anillos; la religión, como la brújula dorada, o la ambición por el poder que destruye todo a su paso en Narnia. En Arthur y los Minimoys critican la urbanización devastadora.
Pensándole un poquito, cada cosa está ligada con las demás. El mensaje ecológico de "cuida los arbolitos, no desperdicies agua, y los animales son tu amigos" dejó de ser tan simple. El asunto es más global. Los niños, principal público de las películas y libros de fantasía, no son tontos. Es posible que comprendan que la naturaleza no sólo se destruye tirando la basura en la calle, que vivimos en una dinámica en la que pocos tienen mucho y la mayoría no tienen nada, y esos pocos no se conforman con lo que tienen y siempre querrán más, aunque eso implique destruir la naturaleza, con todos sus seres vivos. Que a la gente se le domina a través de muchos medios, que se pueden cambiar las cosas, ya seas un huérfano como Harry Potter o un ser miniatura como Arthur.
La ficción es la manera más inteligente de llegar a la conciencia. Es precisa. Es divertida. Se puede verla y disfrutar sin más. Se puede aprovechar y sacar de ella todo lo que encierra. Cuestión de ópticas.
Una gran parte de los creadores utilizan la ficción como una manera de poner de manifiesto sus ideologías, creencias, preocupaciones, y la única manera de hacerse de un criterio es vivir la realidad. Ojo: no vivir dentro de ella, sino vivirla. Saber qué es lo que en verdad está pasando, quiénes hacen las cosas y por qué motivos, quiénes nos manejan, quiénes son los dueños y qué papel cumplimos nosotros.
Para hacer ficción, es necesario conocer el mundo real e involucrarse en él, porque sino la ficción se vuelve superficial, vacía.
Historias fantásticas como El señor de los anillos, la Brújula dorada, Narnia, incluso Harry Potter, tienen un contenido mucho más profundo que simples mensajes ecologistas, tan trillados que el cerebro los deja de lado inconscientemente. Más profundos que los temas clásicos como la amistad, el amor y la solidaridad: son una crítica social, ya sea contra el capitalismo, como el señor de los anillos; la religión, como la brújula dorada, o la ambición por el poder que destruye todo a su paso en Narnia. En Arthur y los Minimoys critican la urbanización devastadora.
Pensándole un poquito, cada cosa está ligada con las demás. El mensaje ecológico de "cuida los arbolitos, no desperdicies agua, y los animales son tu amigos" dejó de ser tan simple. El asunto es más global. Los niños, principal público de las películas y libros de fantasía, no son tontos. Es posible que comprendan que la naturaleza no sólo se destruye tirando la basura en la calle, que vivimos en una dinámica en la que pocos tienen mucho y la mayoría no tienen nada, y esos pocos no se conforman con lo que tienen y siempre querrán más, aunque eso implique destruir la naturaleza, con todos sus seres vivos. Que a la gente se le domina a través de muchos medios, que se pueden cambiar las cosas, ya seas un huérfano como Harry Potter o un ser miniatura como Arthur.
La ficción es la manera más inteligente de llegar a la conciencia. Es precisa. Es divertida. Se puede verla y disfrutar sin más. Se puede aprovechar y sacar de ella todo lo que encierra. Cuestión de ópticas.
Comentarios
En primer lugar, sería ingenuo pensar que quien critica un texto literario ignora el trasfondo social que subyace en sus líneas (entiéndase los intereses políticos y/o económicos de las ideologías dominantes o las que retan estas mismas) en toda obra de arte va implícita una intención determinada, susceptible de ser criticada.
Segundo: no hacer una crítica marxista a este texto fantástico no implica una falta de criterio forjado en la realidad por parte de quien la esboza. No sé porque temes que tus amigos vivan refugiados en las historias fantásticas e ignoren sobre qué tipo de relaciones está forjado el mundo en el que VIVEN y también se involucran.
Tercero: Mencioné el mensaje ecológico porque es una de las múltiples lecturas que se pueden hallar en Narnia y no recuerdo haberlo reducido a un paupérrimo "salvemos a los arbolitos".
Es obvio que la ecología es un problema ligado al desarrollo feroz del sistema económico que gobierna el mundo, con toda la filosofía utilitarista y binaria que la gobierna. Entonces, si no lo ligué en mi comentario es porque lo doy por sentado, pues dicho sea de paso, todo el debate y discurso anticapitalista tiene poco más de 200 años de antigüedad, por lo que es algo que a este nivel suelo obviar para centrarme en una de sus ramificaciones, va de nuevo, la crisis ecológica.
Claro, el noventa por ciento de lo que vemos o leemos o escuchamos está hecho para reforzar patrones y estereotipos que fortalecen el sistema que criticas (y del que por cierto tambien vives), mucho más si hablamos de la magia alienante de Disney, pero vamos, insisto, eso se descubrió 30, cuarenta años atrás,no dejes fuera tantos actores artistas que se han quemado los sesos con obras de arte para advertir y criticar todos esos temas que mencionas (creéme, la ecología está mucho menos tocada que el capitalismo, la religión o la ambición, hay cientos de obras fílmicas y literarias que nos han deleitado y también abierto los ojos hacia esta problemática décadas atrás) y no es que no importe ahora,solo que manejar temas como imperialismo, conciencia de clase, relaciones de mercado, etc. pues no sé, sería como un eco de voces que se oyen desde los 70´s, quedarme en una lectura o revisión de este tipo me haría sentir poco original.más bien se trata de enriquecer la crítica, hay que darle pa adelante y no repetir fórmulas, mejor partamos de ellas y sobre todo, hagamos algo con ellas.
Y pues cada quien lucha desde su trinchera, creo que todos aquí queremos un mundo mejor, y todos tenemos una visión global pero también una meta individual que conduce o nos conduce a ese objetivo, particularizando un problema para poder generar soluciones globales. está bien que te entusiasmes criticando todos los vicios del sistema, pero también se puede luchar desde él, desde dentro y partiendo de otras ópticas, sin que eso signifique estar de acuerdo con él.
Muy interesantes los puntos de vista de ambos, sin embargo me siento mas identificado con las aseveraciones de Lorenita.
Saludos--
Mr.KARATE
P.d.Este tema esta como para llevarse a una clase a discusión.