
Me queda claro que la democracia significa acudir a las urnas a votar para elegir a gobernantes y representantes populares.
Me queda claro que diputados locales y federales, senadores, presidentes municipales, gobernadores y el mismísimo presidente de la república son servidores públicos, empleados de la nación, representantes de la mayoría, y que deben velar por los intereses de la mayoría.
También me queda claro que el voto es un privilegio que se otorga. Me explico: la gente vota por un candidato con el que se identifica por cuestiones ideológicas o porque representa sus intereses, confiada en que ese candidato, en caso de ganar, defenderá los derechos ciudadanos y será un gestor del bienestar popular.
Me queda clarísimo que no existe partido o candidato con el que me sienta identificada y que por supuesto no confío en que ningún partido o candidato velará por el bienestar popular sino por sus intereses y los de su partido.
Me queda claro también que el voto nulo es totalmente legal, y que anulando mi voto cumplo en un cien por ciento con mi responsabilidad como ciudadana de acudir a votar.
Quisiera elegir a un candidato, cómonoconmuchogusto, pero resulta, simplemente, que no hay uno a quien yo sienta que es el indicado.
Así que si tú, como yo, y como muchos miles más, no tienes un candidato que te convenza, siéntete libre de anular tu voto, ya sea tachando toda la boleta, o escribiendo el nombre de un candidato inexistente. Sugerencias:
Aquiles BailoYo
Juanita Banana
Mónika Kota, etc.
o escribe lo que nazca de tu ronco pecho: un poema, un saludo, una máxima, un trabalenguas.
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